viernes, 14 de junio de 2013

Espigas de mayo

   
Este tiempo, reflejo de contrastes
que espiga los gemidos de los ecos,
fluye verde entre el limo de sus huellas.

Las hondas cicatrices de la tierra
-espejos de polícromos recuerdos-
nos muestran a través de su semblante
el lecho donde yacen sus agravios.

Cuando el día dibuja sus fatigas
sobre el hueco tapiz de los aleros
y en las cárcavas ríen los pájaros,
la vida es la fachada de un poema.

Es entonces que el cielo se nos abre
con la llave de blandas cerraduras
y el vértigo que flota por las sombras
se deshoja entre llamas de guirnaldas.

Qué no se sienta nunca el universo
huérfano de luz en sus ojos turbios.
Qué las curvas cerradas del instinto
no abandonen los sueños de los tilos.

Es preciso que el grano se haga fruto,
que abrillante su piel en la memoria.

Y desde la saliva de los labios,
regar el lirio azul de la palabra
para que en este mayo sin orillas
afloren su caudal nuevos guadianas.

*Andros

sábado, 8 de junio de 2013

El brillo de los hechos


Hay hechos que concluyen la palabra,
las ideas, la legitimidad
donde forjan su impronta los perfiles.

Poner alas al noble sentimiento
no siempre garantiza
alcanzar el cénit en el vuelo
pues al ser limitado el territorio
la mutación transgrede
las ansias del impulso.

Si los hechos azotan las esencias
tiemblan las raíces,
nos invade la pasión, y al ardernos
los deseos por ser lo que no fuimos
se derrama el crisol de los agravios.

Por eso tras la huella que marca la existencia,
-estímulo que a la razón convoca-
siempre aguarda el límite que roza lo imposible.

*Andros

lunes, 3 de junio de 2013

El amor hecho palabra


Intento vanamente conocerme
hurgando en el crisol que me conforma,
a contratiempo, sin quejarme,
abierto siempre al pensamiento
que da vida al verso bien nacido.

En este mundo de sonrisas huecas
donde todo es competición o desdén,
sólo el amor hecho brasa
fertiliza la sed de las urgencias
que son el fruto de mi pobre hacienda.

Consciente soy sin detenerme
de la urdimbre que teje el equilibrio,
del escaso eco de su verbo malherido
que trata de asomar su rostro
con el pálpito desnudo
que le confieren sus raídas alas.

Llevo prendida la fe sobre la frente
tocada por la sangre hecha un espejo,
donde los helados sueños sudan fuego
cautivos del deseo de evadir
los lamentos de su acre desencanto.

Con frías soledades a la espalda
las espigas del gozo me yacen inclinadas,
mi pulso el silencio lo acaudilla.

Sólo me queda el amor hecho palabra.

*Andros

domingo, 2 de junio de 2013

Entre idas y venidas

 
Tal vez algun día puedas explicarme
porqué siempre te marchas antes de llegar,
porqué de tu sobrio perfil de pianísima dulzura
se desprende un aura de gris escalofrío
que trasciende más allá de los umbrales del silencio.

Yo quisiera ser cinta de fino celuloide
que absorbiese hasta el último fleco de tu sombra,
asirme mentalmente a los escotes de tu ardiente rebeldía
y en un impulso  de fuegos amorosos
convertir las estrellas del pensamiento
en un sendero azulado de vitrales
donde saciaran su sed de luz cada uno de mis versos.

Porque sabes bien, muy bien,
que la fuente donde manan mis esencias
se nutre del impulso alado de los sueños,
de unos sueños que despiertan pájaros ávidos de vuelo
cada vez que refugias tus ojos en los míos.

Por eso,
cuando en las interminables noches de vigilia
el rostro y la voz descomponen su figura,
busco la cálida corola de tus rosas
con el tímido afán de lloverte gotas de rocío.

Por eso,
entre tú y yo se rompe el equilibrio si entre idas y venidas
la pasión que derraman los costados
se viste con el frígido albornoz del desaliento.

*Andros