sábado, 23 de noviembre de 2013

Alma rota

 


De tanto sufrir por su herida abierta
el alma se lamenta de su suerte,
a la espera que la anhelada muerte
al dolor en sosiego le convierta.

Cansada de vivir, surge el delirio
que dibuja el declive de la mente
y la duda es la nota permanente
que agrava la crueldad de su martirio.

¿Cuál sería el delito cometido,
cuál la causa de tal padecimiento
que le hace caminar extenuada

buscando los porqués de lo acaecido?
No hay razón que dé luz al pensamiento:
¡Se nace, vive y muere de la nada!

*Andros

Palabra ciprés


                                                                                                             

                                 

Siento seca la savia en las raíces
y el mutismo me hiere la elocuencia.

¿De dónde viene el silencio desteñido
que suspira en esta fragua abandonada?

No nació de la lluvia de las nubes
ni del vértigo que causa la locura,
ni de las cumbres que peinan con su niebla
las invisibles cenizas del olvido.

El luto que viste mi lenguaje
y oscurece su verbo fatigado
nació del polvo de la tierra
batido por el viento del dolor,
que en cabalgada cruel
cegó la luz de mis pupilas
zurciendo telarañas en los ojos.

Ahora, como esfinge de mármol,
el eco de mi voz está apagado,
la frente, de piedra, luce sus huellas
y el triste corazón, que llora,
esconde su remota soledad
bajo la alargada sombra de un ciprés.

*Andros 

viernes, 22 de noviembre de 2013

El verso y su sentir

   
Cuando el ánimo llama a mi puerta,
ebrio de ilusión y ciego de amparo,
acaricio la pluma entre los dedos
como un buril grabando en plata
la flor que da vida al pensamiento.

Esa flor que tantas veces se resiste
a albergar sus aromas en el viento,
es la voz que discurre generosa
por el cauce del hondo sentimiento.

Pero surge la duda hamletiana:
"ser" o "no ser" de la música en el verso,
de su rima, su medida y lo demás
que sembraron los escritos de otros tiempos.

¡Qué más da si lo antiguo se hace nuevo,
si cantos del Carnaval de ahora
églogas de antruejo fueron!

¡Lo que de verdad me importa es el sentir,
sentir profundo y sincero,
que la palabra libre se vuele
y al escucharla o leerla
produzca el placer que sueño!

*Andros

domingo, 17 de noviembre de 2013

El verso y la flor



A mí, juglar de vuelos imposibles,
que llevo esculpida en piedra
la sencillez por origen
y la verdad por bandera,
no me mueven mujer para quererte,
ni el boato, ni las ansias de poder,
ni la infinita riqueza.

Desde la cuna, llevo prendida en el pecho
la flor que me sembró mi madre,
tierna flor de sentimiento
que con esmero cultivo cada día,
como el mejor jardinero.

Esa flor, como violeta escondida
que viste de humildad mis sueños,
es la flor que yo te ofrezco
desde mi pobre jardín
cubierta de amor sincero.

Tómala como regalo, guárdala como recuerdo,
llénate de su fragancia
y, si la nostalgia te invade,
estréchala sin soltarla
como se abraza un deseo.

*Andros

jueves, 7 de noviembre de 2013

La fuerza del llanto

 
En la fuerza del llanto
se intuye el desaliento de la rémora,
el sentimiento de los sueños rotos.

Parece que el crepúsculo,
sobre el lienzo extendido de su imagen,
quisiera guardar el momento exacto
que nos hiela como un alud caído.

Las gotas de lluvia, como mensajes,
derrochan toda su melancolía
con el candor de un vuelo de claveles
y en el brillo sin par de sus reflejos
puede verse la sombra del lamento.

¿Quién puede resistir el estiaje
definido en el ántrax de un glaciar
cuyo rostro supura la razón
del agua que descubre el sufrimiento?

En los iris del llanto
se busca una salida al propio injerto,
a la fuga de auroras,
al martirio que bebe de sus ascuas.

Las lágrimas sorbidas a los sueños
congestionan la luz de los espejos.

*Andros

miércoles, 6 de noviembre de 2013

Espejo de un alma solitaria


   
Rizando reflejos en tus blancas sienes,
se tornan grises las luces que te asoman
por el puente colgante de las cejas.

Con la férrea voluntad a la deriva
y un viento columpiado entre mil sombras,
te brota un palabreo sobresaltado
que eleva los sueños a las nubes
desde una soledad mal interpretada.

Son como gotas de cristal
vertidas en las noches de insomnio
sobre un lienzo inacabado
al perder su fuerza y su frescura
las notas que ponían primavera en el paisaje.

Con este freno entre los labios
la voz oculta los ecos del recuerdo,
los suspiros emiten su grito ceniciento
y el gozo se consume lentamente
desde el silencio que ahoga los deseos.

Es así como estás, confundido,
sin savia solidaria entre los dedos,
casi siempre con el paso cambiado
y con un acre latir de vino mulso
que llena de rubor tu sutil melancolía.

!Qué muralla de granito la de tus paredes!

Sobre el pálido islote de tu rostro                                                                                                                 sólo bullen simunes de desierto.
                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                      *Andros

martes, 5 de noviembre de 2013

El beso y su vuelo


Hay veces que un beso no es nada:
la gota insinuada de un frío simulacro,
el mensaje falaz de un espejismo,
la firme voluntad sin pulso
que hace sonar el clarín de la añoranza
buscando abrillantar los espejos de su eclipse.

Otras veces un beso es más que mil palabras:
la sutil convergencia del flujo de dos ríos,
un injerto florido de pasión entre vidas paralelas,
el ignoto collar de amatistas de la luna
que hará fulgir las hojas del ocaso
para no morir jamás con sed de luz.

Un beso es inequívoca señal
del fuego que discurre por las venas,
del aria triste, suspiro de un juglar,
inspirada al contemplar un rosal de flores secas.

Al besar se disparan los instintos venatorios
y el costado se flagela al sentir la fuga de sus alas.

*Andros

Aires de soledad

   
Apacible, la soledad dobla las esquinas
de las distancias cortas
esas distancias donde se ahogan sin remedio
las quimeras que habitan en sus fugas.

Y aunque aúpa su gozo con el brillo del lenguaje,
el frío no la invita a presentir
los placeres que encierra el juego de las letras.

Busca la voz dormida
que sestea entre azules madrigales
con la esperanza vana de acallar
el pulso donde nacen los eclipses.

Y no resulta fácil
encontrar en la palma que guarda la memoria
todo el acervo de las almas de interior roto,
porque el aire que habitan los encuentros
es aire que desborda su sed de escapularios.

La soledad, de tanto mirarse en sus adentros,
resbala en las paredes de su sombra.

*Andros

lunes, 4 de noviembre de 2013

Como gotas de rocío

 
Quiero escuchar la tierna melodía
de tu cálida voz dulce y serena,
soñar, vivir, y ver como mi pena
se viste con la luz de tu alegría.

Al libar de tus labios su ambrosía,
mi boca de la tuya queda llena.
Nunca dicha sentida fue tan plena.
¡Por volver a vivirla, moriría!.

Deseo junto a ti seguir soñando,
ser el fuego de tu pasión ardida
y volver tras tus huellas caminando.

Nunca más notarás mi rostro frío.
Tu mirada, jamás será perdida.
¡Seremos frescas gotas de rocío!.

*Andros

Equívoca ambición

 
Por querer ser todo sin ser nada,
fue apartando de sí
el venero de su musical sonrisa,
la gracia de su verbo, su lozanía...

Y aún dejó más al borde del camino:
Dejó su sentimiento de cristal,
su savia nueva, los sueños infantiles,
su inefable voluntad, y los amigos.

Sólo,
parecía un madero en medio del naufragio
con los ojos replegados, sin aliento,
último vestigio hecho barro
de una arquitectura rota.

Ese fue el destino de su desmedido afán
hasta el punto que,  perdido el equilibrio,
las huellas selladas por sus pasos
podrían ser la imagen olvidada
de su lóbrego sepulcro.

*Andros.