jueves, 30 de enero de 2014

Deseos de volar

 
Con las alas plegadas
no se intuye el alcance de los vuelos.

Al huir de una urna de cristal
-refugio de cautivos-
se objetiva sin voz
desde el ardiente atril de la belleza
el poder de las líquidas esencias.

Nada se congestiona
ni deshoja en la red de los encajes
si con manos abiertas
se tornan en caricias las espinas.

Es por eso que llueve en los abrazos
el blando de la arcilla
que moldea la noble arquitectura;
que desde la oscuridad del exilio
donde afloran silencios
sólo ríen los cantos de sirenas.

Con este panorama de vacío
meditan las conciencias.

¡Qué encriptadas están las celosías
donde posan los cielos su mirada!

*Andros

miércoles, 29 de enero de 2014

Sobre el vidrio de la huída


Entre curvos sobresaltos
esta noche mi soledad trasmina.

Y es que coronado por la angustia
el tiempo se ensancha desangrado entre los ojos
tras la búsqueda de una claridad
que jamás encontraré en las ráfagas del sueño.

Los oscuros pensamientos, siempre al acecho,
me cortejan sólo para quedarse
para llenar de sollozos todos los rincones
y acercar la espesura de sus negros nubarrones
hasta el cárabo despierto que vigila
el ritmo cadencioso de las horas.

Si no estuviese aquí
bajo el filo encallado del silencio
a la sombra pensativa de lo incierto,
podría en un paisaje de lúcidas bengalas
conducir el lenguaje de mi verso
por las mágicas aguas de un río de colores.

Pero una fiebre de acíbar y deseos enjaulados
adormecen la lírica de la palabra
en un tímido rumor de agónicos latidos.

La noche se desgrana como vía láctea,
y yo
rodando por las mejillas del cansancio
me condeno a reposar a solas
sobre el triste vidrio de la huída.

*Andros

martes, 28 de enero de 2014

Sueños de ayer y de mañana


Siempre fuí prisionero de los sueños,
nunca me importó obviar la realidad.

Quise crear mi vida día a día
como nace la aurora tras la noche
que se muere sombría y silenciosa
replegada en su fría soledad.

Aunque a veces me sentí ángel caído
mordido por las fauces del dolor,
jamás me consumí entre las cenizas.
Habité como inquilino en la duda
que me hizo desangrar con sus espinas.
Oí mi propio grito en el vacío
del alma, que dormía encarcelada.

Ciego de luz y mudo de palabra
caminé por senderos infinitos
hollando la verdad inalcanzable
que tanto me llenó de desaliento.

Quise ser adalid de la justicia
desnuda, que robada y perseguida
trataba de alcanzar desesperado.

Ví de cerca la agonía mortal
del ser humano.Me quise morir
impotente de ver tanta miseria.

Mas la muerte no llega sin la vida
que es río que la abraza en su final,
y por ello me decidí a vivir
en el mundo de los sueños perdidos
anclados en los silencios del ayer
que serán los clamores del mañana.

*Andros


lunes, 27 de enero de 2014

Hombre de paja

 
En el aula de la vida
donde el labio abierto al horizonte
va forjando su epitafio,
he visto como un hombre preso de sí mismo
sacudía el mantel de sus horrores
sobre bacantes de su propia estirpe.

Su figura de doncel sin alma
me trajo el recuerdo de las piedras
derrumbadas por el tiempo,
vestigios de estatuas amorfas
que encendieron sus hielos para siempre.

Fuí testigo de su soledad y fugas,
de su ondulación errática, de su zozobra,
del triste monólogo de sus ojos
siempre condenados por la humedad
a ser el refugio de la lluvia.

Desde esa vertiente de olas deportadas,
un pálpito cabal me hizo comprender
que su humanidad distaba de la mía.

Hoy ese hombre, como una estrella amarga
al borde del declive, es la imagen
sin rostro de un corcel arrodillado.

*Andros

domingo, 26 de enero de 2014

Horas de vigilia



La noche precipita sus burbujas
de letras muertas con desasosiego,
como un glaciar de cieno
que atraviesa la puerta de los iris
con sus negros puñales de azabache.

Me brotan las ausencias
en los blandos latidos de las manos
si al darme a tu aliento no te respiro.

Se me agita el reloj del equilibrio
con ciega rebeldía
porque murió la luz
donde ardían las liras de los sueños.

Mis manos, cúpulas de sal y llanto,
arañan las estrellas
que bordaron tus íntimos deseos
porque todas las ansias
que biselan las cruces de nostalgia
se alfombran de sutil melancolía.

Y así sigo, alma mía,
atado a los grilletes del recuerdo
como un globo sin aire,
creciéndome la angustia en tu silencio
al hollarme las sienes,
leso, deshabitado,
errante tras el quicio de tus ojos,
entre sombras labrando mi desierto.

*Andros


































viernes, 24 de enero de 2014

Frío despertar

 
En los ojos de escarcha
no se atisban las huellas
que llevan al placer inteligible.

Sobrado de razón,
el frío despertar de la mañana
emerge a la deriva
subido a las espaldas del silencio.

No luce la flor de la caléndula
sus pétalos de lluvia,
ni los ojos de luna
pasean su mirada entre las hiedras
si crecen las ausencias
en el gélido tacto de las manos.

Sólo el tiempo blanquea los relojes
y sólo se administran los recuerdos
en el sueño larvado entre las sábanas.

*Andros

miércoles, 22 de enero de 2014

Dónde están

 
     


                         "Un grito que desgarra las entrañas nos revela                             
                                   que han robado el canto de los pájaros"

Siempre soñásteis con ser iguales
en la vida y en la muerte,
con el pensamiento libre de ataduras,
impenetrables a la reja y a la espina.

Quisísteis poner grito en el silencio
al que el dedo inquisidor os confinaba
tratando de anular las voluntades
que os brotaban solidarias
como un hermoso ramo de azucenas.

Vuestro afán ilimitado de justicia
amotinó las ansias de libertad,
y el desnudo integral de vuestras manos
os mantuvo en vigilia permanente
luchando contra tanta hostilidad.

A muchos de vosotros
cercenaron de raíz todos los sueños,
a otros, incontables,
os hicieron reposar sin descanso,
eternamente,
en algún paisaje desvestido.

Pero el eco glorioso y lapidado
de vuestra sangre derramada,
es espejo sutil donde mirarnos
que resucita lo mejor que hay en nosotros.

¿Dónde están esos pétalos de rosa
que siguen alfombrando coágulos de angustia?

No lo sé, sólo sé  que su memoria
es aliento que vibra en pie de guerra.

*Andros


Intervalos de pasión


Tus miradas de fuego
son hojas de mi viejo calendario.

Por eso,
rizando el caracol de lo imposible,
mis ansias de placer
colmaron tus salvajes laberintos.

Prendido de tu aliento,
bajo el ritmo de abrazos solidarios,
brillaron mariposas de cristal
en el verde de tus ojos
y todo yo, en un girar de norias,
rodé como una piedra
sujeta al torbellino del deseo
apurando mis huellas hasta el fondo.

Ahora, columpiado en tus nadires,
sólo me guía un sueño
condensado en ráfagas ardientes:
El sueño de apagarme en tu pistilo.

*Andros

martes, 21 de enero de 2014

Las curvas de la vida

 
Como río de fugas y presagios,
girando sobre un sol de toboganes,
se alabea la vida
por arenas que tejen soledades
al socaire de ausencias y de sombras.

Sus brisas de salobres madrigales
humedecen la frente
abriendo cenicientos espejismos
al filo del cuchillo
donde el júbilo engendra la memoria.

Nada brilla en el mármol de la ruta
donde arden las ideas:
El único rocío en la mañana
despierta sus vahos de centinela
en el lecho que habita el desaliento.

Así, abandonado entre ciclones,
el labio se retrae
viendo como se agita la indolencia
mientras el fruto seco de la carne
esconde sus pestañas
tras un atardecer de claraboyas.

¡Cuánta ilusión robada palidece
bajo cada signo del zodíaco!.

*Andros

lunes, 20 de enero de 2014

Versos para el recuerdo



En tu trastienda, donde reposan los recuerdos,
un viejo poema trajo luz a tu sonrisa.

Hablaba de ti, del vuelo de las mariposas,
de náyades y fuentes, de suspiros,
de pájaros en ronda de gorjeos,
y como no de la verde hiedra de tus ojos
y del sabor a fuego de tu boca.

Por eso yo, juglar a contratiempo,
con la voz de galán enamorado
y el ansia entre los labios
no ceso de cantarte buscando tu costado.

Nunca más mis silbos de coral de cada verso
naufraguen por las crestas del olvido.

*Andros

viernes, 17 de enero de 2014

El dífícil parto de un poema


   
                       
                            Recordar es fácil para quien tiene memoria,
                                     olvidar es difícil para quien tiene corazón.
                                                                               García Márquez

  Gota a gota se vierte la memoria
sobre la palidez de un pergamino
si acosada por fiebres de zarzales,
allá donde nacen los equívocos,
no germinan volutas de laurel.

En este mundo incólume a los gozos,
el ámbar que arrebata los instintos
es canto de las hiedras amarillas.

¿Qué importan los remotos horizontes,
los latidos ardientes de los lirios
o el vértigo del párpado caído,
si el cordón umbilical de los sueños
derrama la voz de su soledad
sobre la yerma tierra de los astros?

Nada brilla en el fondo de las sienes
como una caracola de cristal
buscando la sonrisa de sus ecos,
ni despliega sus alas la palabra
en el cauce delgado de la noche
sin la antorcha que viste las ojeras.

Todo es sosiego si al cruzar las horas
afloran los paisajes como espejos
en el pozo secreto de las luces,
porque ya sin temor a los eclipses
enarbola su léxico cautivo
el rostro cavernario del amor.

Con los candados abiertos, sin miedo,
un venero de lunas y gorjeos
alumbra su distócica eclosión
sin el llanto de viejas cicatrices.

Es tiempo de nubes y de pájaros
con zapatos calzados de poemas.

*Andros

















































miércoles, 15 de enero de 2014

Ecos de un mismo sueño





Las letras de tu nombre son imanes
donde cuelga la luna sus pulseras,
donde visten de blanco las miradas
que sueñan con tu intimidad desnuda.

Siempre estás entre vuelos concertada
con dóciles enaguas de pasión
y yo,como ruleta pensativa
entre sombras de fósiles,
emigro del pasado que me engulle
en la red sofocante de un eclipse.

Tus labios, son un pórtico de rosas
por cuyas pasarelas
se resbalan los cantos de las liras;
y lo míos, un coral habitado
de ecos y de insomnios
sumergidos en las venas del olvido.

Y es que desde tu libertad sin velos
te asciende el sentimiento
en columpios descalzos de pudor
para alentar la fiebre de mis hielos.

Por eso, albacea de tu aliento,
me trasiego al compás de tus relojes.

*Andros

viernes, 10 de enero de 2014

El vitral de los sentidos


Ni recreando sueños,
ni sacándole lustre a las palabras,
consigo dibujarte.

Eres pulso que brota de las piedras,
nieve y sol, cal y arena,
el hábito que viste la memoria,
atajo que conduce a la verdad...

En ti, vuelven los ecos
de vírgenes desnudas
cansadas de enjaular sus rebeldías.

Si callas,
por el aire se resbalan silencios
y una estela de luz se difumina
tratando de envolverte.

Si sonríes,
se abren los secretos de tu concha,
ebrios de nostalgia, tras el cristal
donde reposa todo tu equilibrio.

Jamás podrá albergarse en tu garganta
el acíbar del grito desgarrado
que luce la soberbia,
ni serás el mosaico donde brillan
el odio y la venganza
que acuchillan los más nobles instintos.

Por eso,
regresaré con las manos abiertas
sobre el vientre que esconde tu pudor
ajustado a los bordes de una llama.

Y nada podrá romper el encanto
de saberte el vitral de mis sentidos.

*Andros

jueves, 9 de enero de 2014

Amor intemporal


Pasará el tiempo lentamente
o tal vez deprisa pase,
mas las huellas que dejen nuestras vidas
dejarán de amor bañado el aire.

Sonarán bellos cantos a maitines
junto a tímidos cánticos a laudes,
romperá el silencio de la noche
el tierno ruiseñor cuando nos cante,
mas tu voz y la mía serán sones
que en el tiempo sellarán
su dulzura inolvidable.

Volverá a sonreir la primavera
con el cálido llanto de los sauces,
lucirán las auroras sus trajes de rocío
tras las silentes noches otoñales,
y el vuelo de una alondra primorosa
surcará las calendas del estío
con las alas sedientas de un viejo caminante.

Mas nada será igual en las suaves tardes
cuando el Sol cansado de brillar descanse
y la luna vestida de luz radiante
pasee las noches estrelladas por el cielo
encendiendo la pasión de jóvenes amantes.

El tiempo gemirá nuestro recuerdo
queriendo pararse junto al aire
y vivir los sueños que nosotros
vivimos en el tiempo como nadie.

*Andros


Del llanto a la risa

 
Se estrechan los pasillos de la noche
y tiemblan las arterias sudorosas
si el sueño se entumece
al cruzar los umbrales de la angustia.

La indolencia moltura la palabra
con fiebre de basaltos
y el lírico pensar
torna a la realidad de sus engaños
con la faz que apadrina la mordaza.

Hijos de un mismo azul
el brillo y la penuria se resisten
a ser enredaderas del asombro
en un laboratorio de metáforas.

Entre tanto mutismo delirante,
las fuentes del insomnio
abortan silogismos y parábolas
mientras los labios secos
se suicidan con la savia del llanto.

Amanece, deambulan las neuronas
y la sangre va cosiendo de nuevo
los iris de la risa.

*Andros

miércoles, 8 de enero de 2014

Dentro y fuera

 
La voz se desgavilla
en débiles escorzos de conciencia
mientras en los más íntimos refugios
preludia su armonía
el órgano callado de las letras.

Estéril raciocinio el que se esconde
tras la huella de un triste contubernio
grabando sus estigmas
sobre el mantel que encarna la certeza.

En esta dualidad de girasoles
nada roe la faz del intelecto
como el brillo forjado en un eclipse.

Dentro y fuera, un cálido elixir
de pájaros y nidos
ahuyenta mezquindades
si late el corazón en las arenas.

*Andros

martes, 7 de enero de 2014

El umbral de las amnesias

 
Traspasado el umbral de las amnesias,
sin sal sobre los labios,
abriste la mirada
mostrando tus perfiles desde el fondo.

Regresaste sin llanto en el aliento
para cernir sobre mi vieja frente
la calidez de un beso
y sembraste en la flor de la retina
el poso de un suspiro
desprendido de tu sin par sosiego.

Con tu soledad llena de nostalgias,
burlando enredaderas,
rozaste las quimeras de mi alcázar
y tus ojos de hiedra, perpétuos de ternura,
sembraron en la noche dos luciérnagas.

Desde entonces, latidos en el sueño
agitan mis oídos
con rumores de pájaros y fuentes,
y el grano que germina su lenguaje
es especia de paz
que sirve de elixir a la armonía.

Tu gesto de laurel
es la luz que da brillo a mis poemas.

*Andros


lunes, 6 de enero de 2014

Aires de mar

 
No sé que tiene el mar
que agita torbellinos en la frente,
que es reposo de historias y tesoros
en el fondo irredento de sus aguas,
y que llora, que llora
el regreso armilar de las ausencias.

El mar es alimento
de quien sueña con rutas de crucero,
es el ámbar con visos de sosiego
donde cuelgan collares las estrellas.

No sé que tiene el mar
para ser canto del amor en vuelo,
refugio azul de páginas dormidas,
callada sombra donde el corazón
apura sus latidos.

Nostalgia de arrayanes,
en su magia se inspira con fervor
el idilio del verso constelado
y desde la pasión de sus naufragios
sólo emergen sus cantos de sirena.

No sé que tiene el mar,
no lo sé, pero al verlo
se me abren ancones en el pecho.

*Andros

A mi padre

 
                      Hay luces de auroras que encendiste
                                                 en los últimos rincones de mis venas.
                                                     
Eres noble corcel que rasga el viento,
añoso sauce con su tronco erguido,
perenne rama que sostuvo el nido
que sirvió de cuna a mi sentimiento.

Siempre hostil al dolor y al desaliento,
trazaste con tu pulso decidido
mi camino. Su largo recorrido,
me cubrió de tu sabio pensamiento.

Tu verdad desnuda, ¡qué maravilla!
se sembró en mi cauce, lecho soñado,
con las claras aguas de su semilla.

Hoy cubierta tu andadura, cansado,
la luz de tu palabra, tan sencilla,
se enciende con mi verso emocionado.

*Andros.

domingo, 5 de enero de 2014

El sino de unos labios

     
Olvidando despedidas de latidos fríos,
he cerrado el balcón de la nostalgia
llegándome hasta el friso de tus ojos
soñando con tu cuerpo desnudo de amazona
reposo y flor de mi cabalgadura.

Sabemos lo difícil que resulta
tender un puente azul a la distancia,
pero también sabemos que los sueños
estallan sus espejos de ternura
si las noches apagadas encienden su sed
entre lunas de marfil para calmar sus ímpetus.

Arde entonces la carne y los labios
mojados en llamas, como abejas presurosas,
desatan el dogal que los ahoga
dispuestos a morir entre arenas abrasadas.

Tu cáliz es el rostro que contemplo,
sostén del equilibrio emanado de la frente,
abril que me precede tras el sino
donde el amor teoriza sus escorzos.

Y es que sobre mis vuelos circulares
sólo brotan rojas amapolas de recuerdos.

*Andros

viernes, 3 de enero de 2014

La voz de la mordaza

 
El hielo de los labios
intuye la emergencia de las fugas.

El pensamiento, líquida hemorragia
al borde del delirio,
se amotina con su instinto letal
aferrado a las bielas de las sienes
en un latir convulso.

Nada refleja el rostro de lo estático.

Ni siquiera el vitral de los axiomas
permite traducir
el reposo inasible de las piedras.

El lenguaje, abrazado a sus enigmas,
vuela como un insecto trotamundos
vertiendo su albedrío
sobre el crisol de la memoria abierta.

En este devenir,
-vendaval de trasiegos y vaivenes-
sólo el ente cautivo de sí mismo
desvanece el fluir de las esencias.

Hasta en la soledad de las estatuas
el silencio es la voz de la mordaza.

*Andros



miércoles, 1 de enero de 2014

La urgencia de los vuelos

 
Roto el vínculo, el último pájaro
abandona su tienda de campaña.

Como estrellas huérfanas de elocuencia
se estremecen las sienes,
los párpados se cierran
y las hebras de la sangre descosen
los rumores del beso y la palabra.

Qué cáustica resulta
la imagen abocada al desengaño
si al medir la distancia
ahoga sus talones en el lodo.

Aunque nadie esté libre del descrédito
de ser ángel caído,
la fe con que maduran los reflejos
ensancha el territorio
donde los labios lucen su excelencia.

Vivir como exiliado, sin conciencia
de un próximo retorno
al origen remoto de las fugas
evita penetrar en lo insondable.

El éxito o fracaso de los vuelos
es cohete que estalla entre las manos.

*Andros