lunes, 24 de marzo de 2014

Tardes de atalaya



En tardes de atalaya, junto al mar,
la nostalgia precipita paz en sus bengalas.

Al llegarse la luz a las ojivas
se frena el sobresalto, brilla la filigrana,
y un ánfora repleta de diástoles
encierra la penuria de viejas cicatrices
negando la razón de los pasos arrugados.

En églogas de mar
se convierten los ínclitos recuerdos,
las curvas acentúan los lentos toboganes,
y hasta el líquido sentir es flor de algún encuentro.

Siempre igual, así son los escaneos
en tardes de atalaya.

*Andros

jueves, 20 de marzo de 2014

Renglones en blanco


   
Ahora que no escribo,
cansado de bregar tras el léxico que escapa,
sólo sombras alumbran la sed de este desierto.

Llegados al declive,
el gesto disimula su tristeza
con mirada de buen samaritano
porque ya no le caben más palabras
al ajado arcón de los sueños rotos.

Llora tanto el pensamiento, y llora
gotas de soledad,
al ver pasar el tiempo colgado a los relojes
sin otra alternativa
que la espera del verbo que no llega.

Ahora que no escribo,
ya no me asaltan sueños de gacelas
ni tampoco me llegan los cánticos del mar,
perdieron colorido mis cometas
en noches de granito y de metal.

Como lámpara de pedernal, así me siento
ahora
      que
          no
             escribo.

*Andros

martes, 11 de marzo de 2014

Habla la voz del ansia

 
He vivido sujeto a las crines del silencio
con la fiebre del ojo ensangrentado
oculto entre las celdas más sombrías
donde brotan su sed los cautiverios,
donde el fruto que brilla entre las sienes
cegaba los mensajes de un túnel sin salida.

Fui sorbido por la furia ciega de las prisas,
por sístoles de ansias en noches de veletas,
por el llanto que se aliebra en las auroras.

Viento de sal que azota la garganta
para traer aromas de mar muerto,
fueron las espuelas que anunciaron el declive
las que abrieron la voz del aguardiente en mis costados.

Y así, decidido a no morir con lunas negras,
limpiando la neblina en mis cornisas,
enciendo la fogata de las letras en vuelo
sin olvidar el rastro de los mitos
donde la voz despierta del agrio desenfreno.

Oh luz del pensamiento, concordia de mis pasos,
devuélveme la llama de tu paz
para llegar al cielo con besos y palabras.

*Andros

domingo, 9 de marzo de 2014

El vuelo que busca su reposo

 
En el pie que cojea
está la fortaleza del estribo.

Cuando sólo vibran ráfagas de soledad
y la voz descalza los jirones de la ausencia,
el cortejo enjaulado de las venas
en lugar de fundirse en la derrota
busca romper el hielo de las ánforas
con la fe solidaria que brota de las manos.

No importan los recuerdos crecidos entre ortigas
ni el retardo del vuelo plagado de vaivenes
si con una voluntad de sedas y hojas verdes
las palomas que anidan en la frente
dibujan arcoiris de paz samaritana.

Es bueno caminar aunque llore la memoria,
que rían los paisajes con luces de cometas,
olvidar las sierpes que mataban el reposo;
es bueno que los cantos que ruedan por el pecho
se ciñan para siempre a ojos que sonrían.

Y emergiendo entre fósiles de cisnes sin rostro
acercar la ternura
al cofre donde duermen las caricias.

*Andros

viernes, 7 de marzo de 2014

Los pasos de la noche


Las noches de vigilia son tan largas,
tan vacías de color,
que me han visto crecer
como nube peinada por el viento
en el quicio oxidado de las sienes.

Al paso de las horas,
entre sombras de dolor ganando esquinas,
cuando el cansancio afila los vidrios de los ojos
y el recuerdo licúa sus aladares de ceniza,
la frente se estremece buscando lo insondable:
El porqué de las ansias que asoman los infiernos.

Bajo este frío luto de aires sin sonrisa
hasta el agua se hace plomo entre los labios,
y los latidos del miedo clavan sus silencios
sobre el tiempo atado a los relojes
en un mosaico de rumores maldicientes
atrapado en la red neuronal de la memoria.

En el túnel cegado de la noche
el pulso se me envuelve en cáscara de niebla
y los blandos perfiles que adornaban mis sueños
se alejan entre rescoldos de paisajes deportados.

Es como si el grito amargo del destino
cobijara su mudez
en un viejo arcón de temor fosilizado.

*Andros

miércoles, 5 de marzo de 2014

Entre dos fuegos


Un alud de emociones pendulares
remonta mis adentros
cada vez que vistes la mirada
con el suave y vibrante revolar
de una frágil mariposa.

Esa danza flexible de tus ojos,
como olas cernidas por la brisa,
empapa el aljibe de mi pecho
con una lluvia pertinaz de verde hiedra.

A cántaros me riegas la conciencia
con brillos de paz y de diamantes
y al abrirse la luz de tu crepúsculo
la miel que te resbala por los labios
resucita los caminos del Edén.

Es tan ardiente el clima de la sangre
con imanes agitados de pasión
que las fuentes donde manan los deseos
vacían sus caudales
con un gozo despierto y victorioso.

Con tus alas desnudas en mis brazos
un tibio resplandor me siembra sueños
que vuelan como el hilo de un cometa
tratando de escaparse de las manos.

Entonces, cuando se sueltan las cuerdas
que amarraban nuestras ansias de placer,
tu fuego junto a mi fuego,
con un jadeo voraz y permanente,
desgranan la luz de las espigas
que crecieron fugazmente
en un anochecer de besos desbordados.

Y el abrazo que ciñe nuestros cuerpos
nos devuelve al temblor de la vigilia.

*Andros



martes, 4 de marzo de 2014

El cristal de tu conciencia


De tu noble y austera dimensión
nació el azul de la llama
que ilumina tu conciencia.

Se asoma tibiamente entre el silencio
acariciando el aire, intacta su color,
como un suave aldabonazo
en las sienes que aprecian su sentir.

Con el frío aparente de su voz,
su blanda timidez
va limando las aristas fatigadas
que cansadas de vivir en soledad
cayeron en el olvido vertical
de sus viejas ilusiones.

Todo en ella es mística razón
que extiende sus impulsos
en el sueño de una nube desbordada
al lucir su gótico rumor
más allá de la mirada de sus ojos.

Y es tan frágil, tan tierna,
que parece dispuesta a disolverse
bajo el ala de la huida
cada vez que zozobra su equilibrio.

*Andros




lunes, 3 de marzo de 2014

Habla la voz del abandono




Nunca supe bien de ti, nunca supe
del porqué de tus límites y ansias.

Siempre quisiste llenar tus manos
con la savia por donde navegan los escollos,
asir las bridas del desasosiego
que cerradas a nuevos horizontes
axfisiaban los vuelos de tu horóscopo.

Vivías entre luces amarillas
salpicadas por tintes de huracanes
y de tu frente-preso refugio de la infancia-
sólo sobrevenían las sales del agravio.

Ahora que despiertan mis desvelos
sigo sin presentirte a tus espaldas;
con tus fugas conviertes mis sueños de palomas
en arenas movedizas de curvos girasoles.

Y es que siempre esquivas mis alientos
ahogándolos lejos de tu singular pistilo.

*Andros