domingo, 14 de septiembre de 2014

Puentes de papel

   

La distancia que separa nuestros labios
oscurece la visión sutil del horizonte,
apaga las huellas dactilares de los sueños,
al pecho lo hace espalda,
y la ardiente carne, entre nostalgias,
se consume solitaria de sus alas prisionera.

En este triste devenir de cósmicos silencios,
la aurora siempre se despierta con velos negros
y los ciegos girasoles, como linternas llovidas de los astros,
desfilan en cortejo de pálidos recuerdos.

Pero yo,
torbellino incandescente de pasión,
refugiado tras las sombras del deseo
me veo agitando abanicos de ternura
tras la brújula que filtra los caminos de la ausencia.

Por eso,
desde el riel de la palabra,
busco tender un puente a la distancia
con una plétora de versos en la mano
hacia el nido interior donde brotan los suspiros y los besos.

Con este tipo de moneda se garantiza
la intención subyacente entre mensajes.

*Andros

viernes, 12 de septiembre de 2014

La difícil huida hacia lo abstracto


Hasta cuándo



   En este mundo de cristales rotos,
donde abundan oscuros laberintos
y el tiempo discurre inexorable
con sus horas a paso cambiado,
se alza la voz callada e inocente
de una tierna infancia maltratada
que vive destinada a la miseria.

Es el grito desnudo de la imagen
que conmueve, desgarra y enajena,
que proclama sed de amor en cada rostro
y el hambre de pan en el aliento.

¿Cómo puede el ser humano
permanecer sordo e impasible
ante tan cruel despropósito?

¡Ellos están ahí!, ¿hasta cuándo?

Y yo que camino al borde del abismo
con un sereno vivir cansado y yermo,
donde a veces me inundan los sollozos
y el vértigo me ahoga con sus manos,
pido a Dios que en la paz su cosecha
sacuda las conciencias de los hombres
para que tanto dolor y tanta angustia
se borren de las cuencas de los ojos
de esos niños -náufragos vivientes-
que duermen sus sueños y sonrisas
en los estériles brazos del olvido.

Sólo así se llenarán los vacíos
donde arden sus pálidas miradas.

*Andros

miércoles, 10 de septiembre de 2014

Caricia viva


       

Los claros cristales de tus ojos
me dieron la visión de lo importante
que se oculta bajo el atrio de tu altar.

De las profundas raíces de tus sueños
brotan tiernas y templadas las caricias,
que varadas vivían el olvido
en anocheceres de lunas rotas.

Hablan por ti,  espejo de tu esencia,
mies productiva nacida de tu origen
que emerge triunfal entre las sombras
de rescoldos sollozantes, sellados
sobre el umbral que apagaba tu sonrisa.

Tienen grabado en sus aires de ternura
el eco  de tu vuelo,
la luz ardiente del gozo estremecido
y el éxtasis de un corazón callado
que nunca apaga el calor de sus latidos.

Llevan abiertas sus alas al paisaje
con el vigor que proyectan sus deseos
poniendo su acento y sabor lozano
más allá del horror que ahoga la quimera.

Y aunque humanas, parecen tan divinas
que al rozar el blando cauce de las venas
un remanso de paz se transparenta
sobre el nácar desnudo de la piel.

Así eres tú,  pájaro de ensueño,
caricia viva que enardece de pasión
las ascuas del dormido sentimiento.

*Andros