martes, 28 de octubre de 2014

Más allá del pensamiento


 
El lenguaje que desnuda tu equilibrio
sintetiza el protegido color
de tu honda dimensión.

Lo llevas tan ligado a tus esencias
que busca cobijo tras la frente
emergiendo fluído, inesperado,
como un torrente desbordado
que parece llevar a la locura.

Mas nada en ti resulta extraño
ante unos ojos abstraídos,
que cautivos de tus gestos
abrigan nuevas sensaciones
desde la soledad de su desierto.

No sabes de finales ni de límites
sólo de principios que definen tu sentir,
espejos que reflejan tu paisaje
prendidos del azul
mientras derraman su luz inalterable.

Y todo es tan natural, tan deseado,
que el verbo que discurre por tus labios
plasma su inextinguible huella
más allá de donde se viste el pensamiento.

Esa es tu luz, la luz que me espolea
a encender tus auroras en mi pecho.

*Andros

lunes, 27 de octubre de 2014

El rostro que huele la verdad


En el rostro que huele la verdad
se atisban espejos de sol y luna,
liturgia del empeño
paseada por los claustros del abatimiento.

Con el ansia que marcan los límites profundos
y los ojos caídos,
los labios empolvados de salitre
son mímesis del miedo
donde se reconocen los orígenes.

Para ser sismógrafo de ilusiones
y tener aliento en los zapatos
es necesario abrir el nido a las palomas,
inventarse de nuevo,
llenarse de luz para escapar de las tinieblas.

Sólo así las acequias de la sangre
latirán con los ciervos del deshielo.

*Andros

viernes, 24 de octubre de 2014

Sellar tu huella



 

Qué hermoso es contemplarte siempre
sonriendo con la mirada abierta,
desafiando tiempos y distancias
para sellarse en tu huella.

Qué feliz se viste el aire
si al cantar, tu voz se vuela
bordando aristas de silencio
con hebras de fina seda.

Qué verdes lucen tus ojos
entre sombras y tinieblas;
son fresca hiedra que trepa
brillando de sentimientos
la oscuridad de la piedra.

Llora el invierno tristemente
lágrimas de frío yertas,
que como perlas transparentes
serán gotas de rocío
sobre tu deliciosa hierba.

Y se espeja el alma cansada
de su pálida tristeza
al girar la rueda del amor
y sembrar con diáfana luz
los umbrales de su puerta.

Qué ardiente se navega el alma
tras consumirse su niebla
y tras secarse su lágrima
que resbalaba escondida
en la raíz de su tierra.

Qué alegre resulta verte
como azucena despierta,
saberte aroma encendido
aún sin ser la primavera
y llegarte, llegarte hondo
con la palabra desnuda
como una desnuda estrella.

*Andros.

lunes, 20 de octubre de 2014

El peso de los mitos



Esclavo de pecados capitales,
agitado en un río sin espejos,
he sentido la voz del abandono
en el cráter vacío de los ecos.

Por eso, inquilino de la niebla,
busqué tus manos entre mis adarves
en el sitio donde crecen los sueños
allá donde las lunas de marfil
cristalizan la piel de sus armiños.

En mi rostro brillaban las estrías
como si un látigo desgavillado
hubiera disparado su calima.

Y tu estabas allí como siempre
sin mirarte, asomada al cielo,
con el labio buscando la otra orilla,
muy feliz, dibujando escalofríos.

Ahora, repasando la memoria
esmaltada de blandos arambeles
nos sacude su aliento el viejo mito:

Somos cantos rodados oscilantes
sobre lechos de arenas movedizas.

*Andros

viernes, 10 de octubre de 2014

Reverdecer



 Mis sienes se cubrieron de blancura
al tiempo que la vida iba pasando
y el otoño lejano fue llegando
con sus hojas pintadas de amargura.

Largo el camino, corta la ventura,
de abrojos el destino fue sembrando
mi jardín.Aún así, seguí remando
para no hundir la barca en la locura.

Hoy en mi leño seco he conseguido
que la brisa que sopla de costado
ponga el verde en sus ramas descuajadas.

En ellas se ha prendido un nuevo nido
que cobija mi verso ya olvidado
para cantarlo en nuevas alboradas.

*Andros

jueves, 9 de octubre de 2014

Pétalos de fuego





Quiso el azar traerme de tu boca
el fuego de sus labios,
pétalo envolvente
donde la miel del beso se desborda.

De los ojos te brotan los mensajes
de pasión que en el corazón escondes
y una fiebre de fusas y corcheas
-síntesis del gozo-
articula tus musicales ansias.

Eterna es la conjura que concluye
el vértigo en abrazo
haciendo de tu natural escorzo
un juego, un designio presentido
donde ganar la guerra de los años.

Al ritmo que dibujan los meandros
vivaquean secretos los cortejos
y tanto recorrido
se despierta en los gallos de mis sueños.

Te lanzas locamente al borde de las llamas
convirtiendo los ecos de las piedras
en latidos donde el amor se enciende.

Y es que desde las yemas de tus dedos
se percibe el fragor de las hogueras.

*Andros



miércoles, 8 de octubre de 2014

Pasos al frente

 
Al huir del añejo contubernio
la soledad descansa,
se encienden las estelas apagadas
y el ínclito recuerdo
sana las heridas de las emociones rotas.

Sin la teoría de cristales empañados,
no han lugar los pasos de cangrejo
ni tampoco los tigres con dientes afilados,
sólo brilla la paz
sobre el escudo fiel del equilibrio.

Entonces los trapecios de las manos,
siempre joviales, abren sus ciegas inocencias
al vuelo de la libertad perenne.

Es así como brota en la razón
el lúcido concierto de flores y delfines.

*Andros

martes, 7 de octubre de 2014

Hojas muertas


¡Ya están aquí las hojas muertas!

Caen jadeantes sobre los hombros
como el resbaladizo llanto
de un amor madurado hasta su ocaso.

Con su palidez a cuestas, sin prisas,
cierran sus párpados exhaustos
buscando el beso del mantillo verde,
que contempla su lento sollozar
en la estela de su ligera danza.

Es el otoño mortecino hecho silencio
el que se cierne sobre el valle
desnudando en agonía interminable
la extensa sinfonía de vida
que exaltaba su victorioso colorido.

Y yo, como pájaro emigrante
que bate en retirada sus plegadas alas,
desde este perfumado paraíso
que desnuda entre brisas su paisaje,
elevo un canto lastimero de tristeza
abrazado al recuerdo enajenado
de otros tiempos muy floridos
cuando mis manos acariciaban las hojas
como si fuesen aladas mariposas.

Así reposan todos mis adioses,
en la clámide ancestral refugio de mi esencia.

*Andros