domingo, 2 de junio de 2013

Entre idas y venidas

 
Tal vez algun día puedas explicarme
porqué siempre te marchas antes de llegar,
porqué de tu sobrio perfil de pianísima dulzura
se desprende un aura de gris escalofrío
que trasciende más allá de los umbrales del silencio.

Yo quisiera ser cinta de fino celuloide
que absorbiese hasta el último fleco de tu sombra,
asirme mentalmente a los escotes de tu ardiente rebeldía
y en un impulso  de fuegos amorosos
convertir las estrellas del pensamiento
en un sendero azulado de vitrales
donde saciaran su sed de luz cada uno de mis versos.

Porque sabes bien, muy bien,
que la fuente donde manan mis esencias
se nutre del impulso alado de los sueños,
de unos sueños que despiertan pájaros ávidos de vuelo
cada vez que refugias tus ojos en los míos.

Por eso,
cuando en las interminables noches de vigilia
el rostro y la voz descomponen su figura,
busco la cálida corola de tus rosas
con el tímido afán de lloverte gotas de rocío.

Por eso,
entre tú y yo se rompe el equilibrio si entre idas y venidas
la pasión que derraman los costados
se viste con el frígido albornoz del desaliento.

*Andros

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