viernes, 14 de agosto de 2015

Cuando la mano se pierde en el vacío



                                    Dónde se alimenta la soledad?
                                            Tal vez en la lujuria que crea la distancia.

Llamé a la puerta de la indiferencia
para saber mejor del sufrimiento,
del silencio que fragua en las ojeras,
del tímido escarceo que se pierde
entre anocheceres de lunas rojas.

A pesar de tener la mano abierta,
la obviedad aparece tan remota
que su fe se derrite entre los ojos
mientras que la temida sinrazón
sigue calzando sus zapatos rotos.

De qué sirve enhebrar las agujas del lamento
si el azul que se pretende a lograr no alcanza.

*Andros

domingo, 2 de agosto de 2015

De pez a anfibio o morir en el intento


Los ojos de pez proliferan en las inercias
como arma de contagio inevitable
donde vierte su sed la crueldad de la mordaza.

Nadar contra corriente supone tal esfuerzo
que la falta de oxígeno enardece las sombras
mientras la luz, la añorada luz de los escorzos
esconde sus ansias en los límites del sueño.

La longevidad crece en un río sin orillas
y el seco leño consume su fecundidad
entre los excrementos de halcones amarillos.

Desde el alminar de la obediencia, los empeños
sólo muestran en su faz la voz de la ceguera
y en estas sucias aguas se ahogan los anfibios
como víctimas eunucas  presas de parálisis.

Y ya no quedan más que madejas de lamentos
títeres ciegos entre apocalipsis de miedos.

*Andros 

viernes, 31 de julio de 2015

Me ha llovido un ángel



Para Diego, mi nieto,
luz que halla su salida en la memoria,
frenético latido que al corazón convoca.


He tenido el lenguaje recluido
en el claustro remoto de la frente
hasta que una nube de arabescos
alumbró con sus ráfagas de trenes
la linterna del negro pensamiento.

Un querubín, leve como un pájaro,
bajó del Paraíso hasta mis brazos
ensamblando la luz de su sonrisa
con mi corazón transformado en isla.

Ahora, circunscrito el otoño,
una brisa pasea nuestros labios
y allá donde reposan las miradas
se dibujan corales de alegría.

Somos el fruto de la misma sangre
condensada en ojos de una foto,
el abrazo que borra el fatalismo
desde el cénit de una ola de sueños
embridada en axiomas de nostalgia.

Tu llegada, tras un latir de arpas,
rompe la mudez de mis labios secos
y hasta el verso, mordido por la niebla,
abandona el fanal del ostracismo
para seguir la huella de tus pasos.

Por eso pintas verde mi perfil
y tus ojos son flor de mi silencio.

*Andros (28/02/2010)

viernes, 26 de junio de 2015

Pájaro sin voz

   
Abandonado al frío del deshielo,
siempre voy como aurora que amanece
buscando el surtidor donde brotan las caricias,
donde el gozo es istmo de las fugas,
en pos de una ilusión que se levanta
tras la llama dormida de mi pecho.

Porque sabes muy bien donde empiezan los desiertos
cuando la fiebre de amor se posa en las mejillas,
qué pájaro sin voz, qué idilio sin gineceo
descubriste en la intimidad de tus soledades
hasta convertirme en latido de tus ausencias.

Qué aliento despiertas en mi cuerpo fatigado,
qué anhelo me acosa que ante tu beldad sucumbe?

Todo me golpea y me recorre por las venas
con el ansia de alcanzar nuestro postrer abrazo.

Y entre tantos ecos de preguntas sin respuestas
sólo me queda el mudo silencio de unos labios.

*Andros

jueves, 18 de junio de 2015

Tras el cristal que busca ser espejo



Si acaso no me hallas en las fuentes de tus sienes,
si tus vuelos no alcanzan los picos del idilio,
arde de sed entre latidos del tiempo roto
para callar la fiebre del río de tus dudas.

Cuando el silencio cubra tu memoria de auroras
y tus interiores de pirámide se sellen,
dejarás de dibujar los sueños del crepúsculo
buscando un silogismo con tintes de mercurio
sobre el panel abierto que enciende mis orientes.

Quiero que me esperes con el labio abandonado
haciéndome arenal que acantile tus simunes,
que tus verdes arrecifes bañen en voz baja
al noble caracol donde duerme mi destino.

Entonces, nuestros cielos ávidos de palomas
rodarán su luz como relámpagos de fuego.

*Andros

martes, 26 de mayo de 2015

La voz y su concierto

 
Bien sé yo que los dos somos frutos del olvido,
que somos escolleras azotes de aquilones
en un mar rebosante de duda y contubernio,
pero también sé que nuestra fe de gavilanes
curtida entre ruletas de aguas bravas
nos hará vigías ante el cerco que no cesa.

Yo sé que me dijiste entre aludes de ojos claros
que no bastan manos blancas para ser feliz,
que la alquimia entre labios es flor de girasol
y que por eso abrimos el pecho a las estatuas.

Es verdad, no hay respuesta que cierre las preguntas
que caen al vacío mientras la pesadumbre
hace solitarios con los buitres del agravio.

Para llegar a vivir en aras del concierto
es preciso que el gesto y la palabra
coincidan en sus pasos y sus huellas.

Sólo así, bajo el lienzo remoto del deseo,
podremos ordenar las razones de la frente.

*Andros

viernes, 22 de mayo de 2015

El faro de mis sombras

     
En el ojal de tu cerezo en flor
te asoman las abejas del encanto.

Es como si la nueva primavera
alfombrada entre cálices de auroras,
con sus aires de risa y sus labios de aulaga
quisiera perpetuarse en la sed de mi reposo.

Así escalas mis apogeos de cal y azufre,
con la dulce voz que recela del egoísmo.

Así te conviertes en el faro de mis sombras.

*Andros

jueves, 21 de mayo de 2015

Una flor entre los labios

 
 Por cruzar junto a ti la misma puerta
tapiada de calvarios y lamentos
un gozo evadido en pie de guerra nos espera,
un gozo que traduce los sueños de cristal
en vuelos coronados de ternura.

Sentimos tan de cerca los garfios del olvido,
la fiebre delirante en crestas de medusas,
que cansados de tantos desatinos
hicimos del insomnio balcón de nuestras sienes.

Ahora, entre latidos y vaivenes,
volvemos de nuevo a los remansos ilegibles
como un alma sola, como el canto de los pájaros
que rompe silencios al despertar de su afelio.

Ay de nosotros donde la soledad rebota,
bocas sedientas de luz que amanecer pretenden,
aún existen fósiles bullendo estalactitas
que caídos del miedo por sus fugas
nos desnudan sin piedad océanos de delirios.

Pero una flor nupcial se derrama en nuestros labios,
aquélla que rojea pasión en la palabra.

*Andros

sábado, 16 de mayo de 2015

Manos, aliento de fachadas

 
En el noble contacto de las manos
se intuyen los caminos de la frente,
la luz ardua de brillo incandescente
y el ínclito poder de la palabra
que, llena de pasión, desde el corazón trasciende.

El amor es la llave de la vida
bálsamo teñido de colores escarlata,
rostro de celofán que trasmina los escollos
cambiando los cantos de los mitos
por las voces de falsas lejanías.

De tanto asomarse a los balcones de las manos
para construir el nido de los sueños
tengo casi vacíos los pórticos del alba,
desbordados los cauces de la melancolía
que afirman el suplicio de un rostro nazareno.

Como flor audaz de inusitada primavera
presa en la red de mis arterias, así me siento
sin saber donde acaba mi desierto,
isla que se oculta entre póker de corazones.

*Andros





















































































































































































viernes, 27 de febrero de 2015

Llamas en los ojos




                         En los verdes cristales de tus ojos
                         se incuban églogas de mar y fuego.


Hay ojos que desnudan el verde en sus mimbrales,
que a pesar de mirar a contratiempo
rozando las paredes del hastío
desbordan torbellinos de esmeraldas.

Desde los arenales de su ausencia
supieron transitar los cortejos de sus sueños
como el cofre que guarda sus bengalas
para estallar en noches de vértigo y secretos.

Hay ojos que entretienen soledades y reposos,
que concitan espejismos de mar,
algo que la razón jamás alcanza
aunque su cordura roce límites profundos.

Y esos ojos, deshojando vientos de lujuria,
son las llamas que convocan ráfagas de encuentro.

*Andros

miércoles, 25 de febrero de 2015

Intimidad sin velos

     

                          No quiero ser un héroe en mil batallas,
                                  sólo seguir deportado en mis empeños.


Huir de la mordaza que ahoga el raciocinio
es comulgar con la fe de jóvenes guerreros
que nutren sus sueños con ansias de libertad.

Para ser espejo de sí mismo, fiel ejemplo
de nobleza, hace falta voluntad de armiños
capaz de llegar hasta las fibras del cartílago.

Sólo cuando el rostro despierta sus azucenas,
cuando el silencio abre su latir entre burbujas
de pasión y fuego,entonces y sólo entonces
se derrama la luz sobre las brumas del alma.

Es así como los labios bordan sus encajes,
así es como quiero que se aromen mis esencias.

*Andros

viernes, 13 de febrero de 2015

Flor de ensueño



                                   

                                         Una flor, en las curvas de la noche,
                                        despertó los latidos del silencio.


 Al beber del agua de tu fuente
crecieron los brotes de mis ramas
y el árbol que estaba descuajado
cobija con su sombra nuevamente
a tu flor que entre abrojos se ocultaba.

 Una brisa suave despeinaba
los sueños que dormían olvidados
y la herida que estaba mal curada
regaba sus gotas de pasión
al borde del camino abandonado.

 Llevaba el paso lento y comprimido
con el viento soplando de costado,
la mirada vacía y el gesto perdido
sin el cálido sol que tantas veces
hizo latir a mi corazón cansado.

 Tu mirada suave dirigía
el timón de mi nave a la deriva.
Sentí que de tu mano navegaba
vislumbrando cercano el horizonte
que entre brumas muy densas se escondía.

 Armado de valor he comprendido
el precio que conlleva mi pecado
y las ansias de vivir lo no vivido
me liberan las manos de ataduras
dejando mi pecho libre de cuidado.

 Por eso brota el verso bien nacido
rebosante de luz en tu ventana,
llenándome de gozo estremecido
al quedar prendida de la rama
esa flor que en mi sueño acariciaba.

*Andros(20-V-08)

jueves, 12 de febrero de 2015

Ecos de luz

     

                                 Siempre quise ser apóstol de luz
                                 aunque a veces vagase entre tinieblas.


Buscar la luz en los cristales rotos
es perderse entre latidos sin rostro,
arañar las pestañas del silencio,
hurgar en las razones de los ojos
a sabiendas que la anhelada llama
es doncella robada por las sombras.

Ciegas fueron las luces de mis fugas
-llenas de murciélagos de ausencia-
en las cenitales noches de insomnio.
En ellas no se oían cascabeles
ni las letras abrían sus corolas,
sólo la nostalgia daba cuerda a los relojes.

Negando el soliloquio que mana de las sienes
naufrago tras los ecos de la luz,
esa luz que se atigra en mis costados.

*Andros