viernes, 30 de diciembre de 2011

Los placeres del lauro



He gozado junto a ti los placeres del lauro,
del pálpito caliente, cobijo de la fronda
que protege los términos del amor prohibido.

Pude comprobar en la búsqueda de lo ignoto
como pueden saldarse los empeños
cuando se transita con el vértigo en la boca
hasta el río alejado de las nupcias.

Siempre como racimos de levaduras blancas,
tuvimos por espejo la voz de la argamasa
y en las puntas del vórtice doliente
vibraron al compás nuestras pestañas.

Ahora sin el rostro en la cresta de la espuma
no hay dolo que conculque la palabra
ni gesto que mitigue el color de nuestros fósiles;
los acordes que orientan viejas brújulas
remontan sus idilios sin rastro de zozobras.

Para latir como hacen los oboes
nuestros pulsos se bordan con ecos de concordia.

*Andros

lunes, 26 de diciembre de 2011

Viento del oeste


En la hipérbola fugaz de nuestros vuelos
donde la voz trasmina las paredes del silencio,
solamente allí,
podrá encontrar reposo 
la pasión que enjaula la memoria.

Yo,
con la fuerza que convoca el pulso renacido,
sabiéndome titán sobre el tapiz de los sueños
buscaré en las calinas de tu rostro
el mágico dulzor de sus ojos esmeralda
para poder cantarte.

Y tú,
pistilo fecundado por palabras de cristal,
siempre abierta a los imanes del reencuentro
sentirás en el arpa convexa de tus manos
el cálido deshielo
que provoca el fuego de mi verso
cada vez que te diluyas en sus olas musicales.

Entonces, nuestras bocas
no tendrán nada nuevo que decirse.

Los recíprocos deseos que vivieron el exilio
viajarán ya junto a nosotros 
en las alas del viento del oeste.

*Andros








jueves, 22 de diciembre de 2011

El grito que huele la verdad


En las letras de incienso que nos salvan
busca el grito verter sus madrigales.

Su firmeza oliendo la verdad
despierta los silencios cinerarios,
que lejos en el pecho
se aúpan en la fusión de nuevos desafíos.

¿Por qué siempre la semilla presa del espino
suspira por llevar al cielo su azul cautivo?
¿En qué sueños de juventud beben los lenguajes
las ansias de libertad que ordenan su destino?

En la frente crece la fecundidad del labio
y en el ojo de espejos transparentes
el amor incuba su territorio.

Cuando el grito se calma en sus términos profundos
y se hace la luz,
el pulso arrebatado ya no rueda:
Las aguas de la voz parecen églogas de un río.

*Andros

miércoles, 21 de diciembre de 2011

Habla el rostro del desengaño


Cuánto paso perdido,
cuánta palabra virgen
maltratada entre abrazos de metal.

Parece que la luz
no quisiera posarse en las vidrieras
para no ser testigo
de tanta indiferencia.

Y yo, apóstol del convencimiento,
abandonado al ácimo recuerdo,
sobrevivo en un mundo de trincheras
como cualquier apátrida
que sólo vierte besos en el miedo.

*Andros

martes, 20 de diciembre de 2011

lunes, 19 de diciembre de 2011

El brillo de tus alas



Sé que no estoy solo.Me edifico en la memoria
que descubre el paisaje de unos labios
gemelos donde el pasado sonríe.

Tus amores, idilio de un canto sin estrías,
son reflejos del color y la llama
que ordenaron el baile de mis fugas.

Aunque ruedo con la palabra al hombro
el silencio no deja de acosarme
y el impulso con el que corre el ansia
va espesando mis sueños de cobalto.

Todo lo que gira a mi alrededor
sobrepasa el ecuador de la dicha.

Y en ello estoy, volviendo a renacer,
colgado de tus ojos fijamente
buscando ser el brillo de tus alas.

*Andros
"El embargo", de Gabriel y Galán.Canta Pepe Extremadura

domingo, 18 de diciembre de 2011

Donde brillan los espejos

Sé que gustas de pájaros y flores,
de mares y de estrellas;
que ensalmas tus deseos con almíbar
en léxicos labrados de silencio
prendida de la noche
esperando que el sueño te rescate.

Que hierven arrebatos en tus venas
de tanto liberar el pensamiento.

Es el júbilo azul de tu palabra
el que abre tu sonrisa de gacela
como cráter de auroras
donde yace tu intimidad desnuda.

Por eso, alientas soledad de labios
en un trajín templado de latidos.

Por eso, en fin, brotan de tu pecho
mosaicos y arcoiris de ternura
que injertan parlamentos
donde sacian su brillo mis espejos.

*Andros

viernes, 16 de diciembre de 2011

Siempre luce la verdad

Con el ardid violento
quiso la eterna sinrazón sellar
su inconfundible acento.

Poco le importó para urdir su trama
el halago del abrazo sostenido
que entre sedas esconde su añagaza
esgrimiendo el puñal del simulacro.

Mas la verdad, que siempre resplandece
hasta en los más curvados contratiempos,
plegándose a sí misma,
no calló hasta desempolvar su postrera sílaba.

Abierto el horizonte,
los días van cuajando su destino
y desde la fugacidad de sus contrastes
el cielo con su luz
orienta los callados girasoles.

Ya no tienen sed los labios agrietados
porque en la calma consumieron sus fuegos fatuos.

Con un canto de alondras
y el trasiego volado de un buen vino
regresan los acuerdos.

*Andros

miércoles, 14 de diciembre de 2011

De arriba a abajo

Arriba
la memoria luce nácar en sedas transparentes,
abajo
la soledad arrastra el llanto nebuloso de los ojos
hasta la cuna helada de las manos.

Se escapan suspiros en caída libre
sobre los hondos silencios de la tarde,
mientras tímidos ladridos de cuernos afilados
estallan sobre el puente de las sienes
para despertar la pena que latía en el olvido.

Qué angustia se desborda cuando silba la noche,
cuando rueda por la frente el sabor de la derrota,
parece que la sangre discurre en un glaciar
arañando con su lengua el cauce de las venas.

Y aunque un miedo felino clave sus zarpas en el pecho,
las ansias de volar jamás podrán frenarse:
siempre habrá un beso que cuelgue de los labios
como bálsamo de amor donde sanen las heridas.

Arriba y abajo,
memoria y soledad en fraternal connivencia
danzando locamente sobre el tapiz
donde los vidrios desangran sus recuerdos.

*Andros

martes, 13 de diciembre de 2011

Entre fugas y abandonos

Una fiebre de luces y resinas
acontece en el labio
que subyace en el ínclito abandono.

Sus límites parecen alcanzar
la cima que corona la excelencia
y sin embargo el sabor a hiel
que brota en sus espasmos
aleja de la frente las estelas.

Sabe a hierba remota
la voluntad robada a las tormentas
y en la fuga del seno
el pezón abandona su amuleto.

Para no ser penumbra
el gozo se deshace entre mosaicos
acosado por luces que no alcanzan
el rostro de las nieves
dormidas en la cúpula del llanto.

Con este corto vuelo,
llegar hasta el crepúsculo
sin ser huésped del miedo
es querer tocar el cielo sin manos
convirtiéndose en pájaro suicida.

Sobre el túmulo donde reposan los desvelos
sólo quedan circuitos que llevan a la ruina.

*Andros

lunes, 12 de diciembre de 2011

Falsas vibraciones

Existen sensaciones como hormigas
dispuestas a asomar
el rostro de su paso trashumante.

Cuando el ojo se dilata y las manos
no respiran alientos de latidos,
se arrugan las conciencias
y en el hueco risueño de las conchas
sólo flotan serpientes anilladas.

Estatua de pedernal, voz callada
ante el canto de ninfas y sirenas,
la salvación del verbo fatigado
no se esculpe en las piedras
de quien hace sangrar a las estrellas.

No vuelan parlamentos
para besar los labios que no aman.

*Andros

domingo, 11 de diciembre de 2011

Cuando vuelven los recuerdos

Queriéndose escapar por el puente de las sienes,
entre algodones de cristal,
se atropellan en su huída los recuerdos.

A su paso, como pájaros heridos en las alas,
van regando gotas de sangre y sal
sobre las hebras de mercurio donde resbala el sentimiento.

No es fácil, no,
anidarse entre el calor de apagadas lumbres,
remontar las cataratas por donde se desplomaron los sueños
ni conseguir que en la frente salten chispas
que enciendan las fechas de un olvidado calendario.

Las huellas selladas en las horas, en los días,
se resisten al intento de ser desempolvadas
del arca nebulosa donde expían su destierro.

Sólo en la escalfada pared de los deseos latentes
allá donde aún se fatigan lentos caracoles,
podrán conjugarse cuerpo y alma
para resucitar las lúcidas vidrieras del paraíso muerto.

*Andros.

viernes, 9 de diciembre de 2011

Abriendo caminos

Un cálido recuerdo se enciende en el camino
como espejo de mar sin oleaje
abriendo surcos a la memoria austera
y pintando el paisaje de corales.

 Un leve susurro estremecido
que remueve la quietud silente,
despierta la conciencia con presura
y un fuerte brillo resplandece en los cristales
de la frente, templando la locura.

 El andar se hace peregrino
por las yermas tierras de secano
con aromas de lirios en el pecho
y con sueños que escapan de las manos.

 Así se cubre cada día la andadura
con la mirada vibrante y sin zozobra,
remando contra el viento y la marea
y a la espera del canto de la alondra.

 Así se renace el gozo malherido
que brota del blanco de la aurora,
así sobrevive para siempre
el verso que se prende de mi boca.

*Andros

miércoles, 7 de diciembre de 2011

A tus sueños abrazada

Aunque no es difícil saber de ti,
si lo es poder llegarte.

Espejo transparente, piedra jade,
jamás habrá mano que pueda detenerte
ni grito escupido sobre el barro que te acalle
si dueña de ti, tacto de seda,
arrojas sin rencor tus negaciones.

En las sinuosas lindes del pasado
se quedaron prendidas, cansadas de migrar,
las huellas de tu singular vuelo
y tus devaneos, proclives al misterio,
descansan ya en el impenetrable alcázar del olvido
donde se refugian las miserias de huídos caminantes.

Desde entonces nada te falta, nada te es hostil,
pues el aire que exhalan tus adentros
magnifica toda la suficiencia
que exhibe tu lenguaje de verbos azulados.

Todo en ti es objeto de porosa filtración,
hasta la tristeza
a la que obligaste a suicidarse
por no poder albergarse en tus bolsillos.

Y así estás, columpiándote entre versos,
sin que nadie rapte tus auroras, tus latidos,
con la férrea voluntad de ser reflejo de ti misma
traspasando todas las fronteras del amor,
contínuamente a tus sueños abrazada.

*Andros.

martes, 6 de diciembre de 2011

Gamoneda-Árido Umbral- León 12-2011



Magui y José Luis junto al gran maestro D. Antonio Gamoneda, en León tras el almuerzo
y en el homenaje que la Asociación Poética Alaire le dedicó como Socio de Honor de la misma.

lunes, 5 de diciembre de 2011

Sólo tú

Harto ya de caminar entre las sombras,
con la razón nublada de cansancio,
tuve la suerte de encontrarte.

Desde entonces, cada vez que te contemplo,
un gozo incontenido de colores
me llueve del arcoiris de tus ojos.

Es agua fresca llena de dulzura
que me cala hasta los huesos
cuando el día se hace noche
y que se bate en retirada
tras los besos liberados al sueño
entre el humo de las velas.

Sólo tú, candil en flor,
avivas con tu fuego los latidos
que brotan de las sienes al compás
de tu vuelo estelar de golondrina.

Sólo tú, vestida de plumas blancas,
destilas brisas de tul y plata
y en los tímidos nardos de tus dientes
se gestan las sonrisas que desbordan
el cauce de nostalgias que me asolan.

Y así te quedas dentro de mí
en la lejana cuna de la ausencia
para trazar el surco azul de plenitud
que arropa con su lecho las caricias
del amor que cada día nos sembramos.

*Andros

miércoles, 30 de noviembre de 2011

Desde el dintel de una sonrisa

Lejano el umbral de la armonía,
viviendo de espaldas al recuerdo,
el olvido es un cauce de río abandonado
que desangra sus estrías en trémulos colores.

La falta de visión obnubila los cristales de la frente
y el lenguaje se oscurece tras el rastro de la huella;
ya nada es igual, el fruto está caduco,
el camino aparece aventado de cenizas.

Solamente el eco amigo de tu nombre
es espiga que de crecer no cesa,
que me pide con hambre y sed olerte
y besar el espejo donde brillan tus esmaltes.

Así te diriges a mí,
impregnando el rosa de tus labios en mi sueño
desde el abierto dintel de una sonrisa.

*Andros

El hábito que viste la memoria

Como siento apagarse lentamente
tu estrella en la distancia,
he vuelto a imaginarte
en este amanecer de lilas mustias
con los callados ojos de un eclipse
y un suspiro doblado entre los labios.

Es difícil caer en el olvido,
como difícil es
degustar el sabor de la hora exacta
cuando la mente cabalga sin tiempo
para frenar la bala
disparada por atávicos deseos.

Por eso estás en mí,
porque eres aire y sol, calor y frío,
el hábito que viste la memoria
cada vez que ésta descubre
lo imposible de alcanzar tus coordenadas.

*Andros

lunes, 28 de noviembre de 2011

El sabor de las caricias

En la mañana viva,
con la luz abriendo el vientre de las aguas,
la paz se hierve entre latidos del paisaje
y en la tímida mudez de una mirada abierta.

Siempre brota una chispa transparente
nacida de la punta de los dedos
irrumpiendo entre gotas de silencio.

Es la caricia inquieta
sabedora de encuentros y de fugas,
próvida a disolver los motivos sumergidos
de cualquier alejamiento.

La caricia , aurora boreal,
se levanta más allá de donde el llanto clava sus espinas,
y se desliza por todos los rincones de la piel
para bordar los vestidos de los sueños.

El inexorable paso del tiempo
verá días poblados de zafiros y laureles
y noches como embudos cuando la soledad se asienta,
mas elevada sobre el dintel de la ternura
siempre habrá una caricia, pudorosamente azul,
dispuesta a iluminar los torcidos reflejos de las sombras.

Su sabor, como égloga amorosa,
es canto que florece del cortejo de las manos.                                                                    
*Andros.

El rostro y sus huellas

Me dicen que no río,
que no soy ni la sombra de mí mismo,
que tengo la voz muda
y un puñado de sal en los bolsillos
para dar de comer a las palomas.

Y yo, que siempre tuve mano abierta
al reposo de blandos novilunios,
los ojos como soles
siempre en el ecuador de la ternura,
no abandono los ecos de la ausencia:
Se me secó una rosa
del rosal que cuidé con gran esmero.

Por eso vivo en medio de la niebla
y mi verso cautivo del dolor
lleva impresas las huellas de su rostro.

Por eso, con el decir de mis manos
se desgranan los sueños más amargos.

*Andros

viernes, 25 de noviembre de 2011

Voz al aire

 La voz da vida a la palabra
con el gesto que nace de las manos,
la suave mirada de los ojos
y el lenguaje musical de los suspiros.

Libre de temor consigue deslizarse
entre espinas de fiebres y espejismos
a lomos de su conciencia irreductible
por el desconocido sendero
donde el llanto y la risa
lucen su brillo como espejos.

Siempre acompañada de su sombra,
segura de sí misma,
se prende entre las rejas del silencio
dejando resbalar gota a gota
la dulzura que brota de su eco.

Y si acaso se enquista entre cantiles
fustigada por el hielo de su soledad,
no desnuda su pálpito armonioso
ni repliega el nítido horizonte
al confín de su mudez.

La voz sólo duerme, sólo espera
que redoblen sus campanas a rebato.

*Andros

jueves, 24 de noviembre de 2011

El gran valor de lo sencillo

                                                                                                                                                                                     
                                                                                                                                                                                                   
                           A José Manuel  Sáiz, compañero de letras,
                            estandarte de sencillez y bonhomía.                                                                                                                                                                                


No es fácil, no,
no es fácil calibrar el valor de lo sencillo,
de sentir la hermosura transversal de su color
escondida en el vientre del verso jubiloso.

Sería necesario enhebrar todos sus ecos,
sus destellos de luz
sin posar siquiera una brizna de carmín
sobre la raíz que enciende las estrellas,
para saber como entre guirnaldas de raso
se desborda tanta gracia seductora.

No es fácil, no,
querer arder París sembrando el rojo de las rosas
sin que el rostro que busca ser espejo
delate el mensaje falaz de su perfil.

Y es que más allá del constelado pensamiento,
de la vaga ensoñación que perdura firme y en vigilia
en el ocelado relieve de la voz,
está la noble intimidad derramándose en colores
esperando descifrar el guiño sutil que la palabra
nos concierta desde el sencillo equilibrio de su lluvia.

*Andros

miércoles, 23 de noviembre de 2011

Amistad latente

                                               " Al amigo que derrama
                                                el cielo entre sus manos."

Libre como el viento te recuerdo,
distante en el espacio y cercano en el tiempo.

Solitario y sin fronteras.Tu rostro
va curtido de sol como el desierto
y de tu generosa mano nace
el ansiado pan que a muchos pobres
les sirve de sustento.

Mensajero de paz, con tu gran tino
apagas el furor del odio y de la envidia
llevado del amor que es tu semilla
y tu sed vigorosa de justicia
dibuja el perfil de tan hidalga dimensión.

Siempre estás con  presencia solidaria
siendo grito unas veces, otras silencio,
con una identidad incomparable
que expresa la altura de los vuelos
donde defines la razón de tu existencia.

Desde tanta dialéctica exultante
grabaste tu sello en mi conciencia
y aunque no lo pienses, ni lo creas,
eres fiel compañero en mi memoria
mesonero alegre que me acoge
cada vez que el indomable insomnio
me lleva fatigado hasta tu puerta.

Es por eso que vuelas a mi pecho
como un acordeón de golondrinas.
*Andros

martes, 22 de noviembre de 2011

Donde nacen nuestras aguas

Nunca mueren los besos de una madre,
sus caricias bordadas de ternura,
su mirada sin par, su donosura,
sus desvelos cuidando nuestro sueño.

Una madre es como el mar, flor de olas,
de su rostro azulado fiel espejo,
callada y hacendosa en su vivir,
penélope en su celo
por tejer con amor toda su obra.

En su norte descansan para siempre
las espumas del ansia reprimida,
las hieles del agravio
y un enorme repertorio de escollos
que le hacen caer y levantarse.

Siempre atenta, reflejo del afecto,
su voz inconfundible
despierta la conciencia en los vacíos
y al verla sonreir con diligencia,
de su balcón de armiños
trasciende la blancura su cariño.

Qué suerte tuve, suerte de ser hijo
y beber de las fuentes de mi madre.

*Andros

lunes, 21 de noviembre de 2011

Viaje de regreso

Qué no lluevan promesas de nirvana,
qué no me digan más,
qué sólo se descuelguen las guadañas
para segar el ínclito rastrojo.

El tiempo pasa.En ruta, las sombras
enmascaran la faz de los escollos
derramando vestigios de indolencia,
y aunque no necesito los sentidos
para sufrir la sed
las ansias de salvar lo acontecido
disparan sus alarmas en la frente.

Incapaz de presentirme,
con un frío glacial entre las manos
al abrazo no me doy,
y al buscar la conciencia entre los muros
donde anidan golondrinas
sólo hallo túneles de confusión.

Es así, entre labios reprimidos,
como el sol que llamea se alebresta.

Tal vez sueñe, volver sobre mis pasos.

*Andros

domingo, 20 de noviembre de 2011

Cuando brillan las vidrieras


Porque he cruzado campos de silencio
cuando todo era bruma en la mañana;
porque varado el gozo
sólo vi llover sal sobre mis hombros,
el cuerpo se me antoja un arenal
donde el invierno vierte sus aljibes.

Árido huésped de la incertidumbre,
mis letras se refugian en voz baja
sobre sirtes que brillan
espejos de desolación y miedo
en un repliegue de ecos amarillos.

Pero libélula de amor sin nido,
no diré adiós al canto de los cisnes
ni a la sombra del árbol que lamenta
el llanto de sus hojas.

Viviré como pájaro despierto
esquivando recodos y crepúsculos
hasta alcanzar el vuelo de mi eclipse.

Y dejaré de ser una vidriera
donde lucen estrellas de agonía.

*Andros

Sin amarras

El silencio de los labios, es hielo
que enfría las conciencias
cuando éstas se esconden bajo el miedo.

Entonces, amarrados entre inercias
de rejas y cerrojos,
los tímidos mensajes que se fraguan
se tornan convergentes
al fluir por sus rostros de azurita
esteros de indolencia.

Así, jamás se alcanza la verdad.

Y es que si la voz no emerge del fondo
donde se hibernan sueños de marfil,
el lenguaje que enciende los costados
mutila sus razones para siempre.

Sólo el clamor del verbo desanclado
ayuda a liberar las servidumbres.

*Andros

sábado, 19 de noviembre de 2011

Mujer, sé tú misma

 

                                     Mujer, que tu rostro nunca brille
                                     amordazado por las sombras.
                                   

Estas frías paredes, desnudas,
que ayer coronaban verde hiedra,
son testigos mudos del cantar
que rompió con su grito los silencios
vividos en tu largo cautiverio.

Aunque atrás quedaron horas muertas
-pesado lastre en tu equipaje-
que ahogaron sueños en el fango,
las ansias de vivir con equilibrio
rompieron tu temor sin anularte.

Algo hay en tí que excita y que complace.

Tu interior, lleno de amor y suficiencia,
desvela horizontes de ternura
cada vez que te fluye la palabra
más allá del lógico albedrío.

¡Qué dulce es tu presencia, ángel libre,
al abrir tu frente pensativa!.
Ya eres dueña de tu suerte.Todo en ti
emana el gozo de tu luz recóndita.

Serás siempre el espejo de ti misma:
soporte altivo, flor abierta al beso,
bucle azul del mar que tanto amas,
piedra que labra su honra mientras duerme,
mano amiga extendida al Universo...

El vigor con que tornaste es historia
que se asienta en tu amplia simetría.
Vivirás sin lazos, sin cadenas,
sin las manos yertas del desprecio
clavadas en el rostro de tu aurora.

Por eso, siempre abierto a tus latidos,
condecoras la faz de mis cuadernas.

*Andros

viernes, 18 de noviembre de 2011

El amargo sabor de la derrota

Con gula anegada en almíbares helados
los sueños del destierro que me asolan
son asíntotas de amor persiguiendo labios ondulantes.

Tras ellos voy,
tras el ingrávido rostro nebuloso que me llama,
en busca de las claves del enigma metafísico
donde habita esclavizado el silábico equilibrio.

De ahí que la palabra vele armas
resistiendo el lejano alcance de su vuelo,
de ahí que la memoria pierda su áurea capa de frescura
con el roce medular de su trágico silencio.

En esta encrucijada de vaivenes la voz me sangra sin destino,
y la sed de alcanzar lo inalcanzable
me condena a los abismos del insomnio
a pesar de tener la puerta abierta al lirismo de los mitos.

Los párpados se cierran , se enjaulan los pájaros rosados
que buscaban sin pudor el límite exacto de su meta
y los labios ajados, nacidos para el beso,
son cráteres lunares perdidos en las grutas del deseo.

Todo me vence , se me aleja.

Hasta la vena rebosante en el tibor callado del costado
ya no late:
Es humo sin alas que yace prisionera.

*Andros

Los temores y el instinto

Ahogado en el estrecho puño de la nada,
-espejo de un latido en la negrura-
el necio temor que mana del instinto
deshace el equilibrio y enciende las alertas
en el aliento que discurre
por las vertientes del reposo que no llega.

Al perderse la calma
los almíbares esconden todos sus secretos
en las anillas del silencio,
y el blanco de la carne viste luto
donde brillan los rumores de la angustia.

Con la voz temblando en la garganta,
el miedo a caer en el abismo
acrecienta la sed en el cuerpo enfebrecido,
y las ansias de alcanzar las barreras del horizonte
le mantiene en un sopor de enjauladas espirales.

Si el temor y la zozobra cubren de lodo nuestros sueños,
si el morado pretende ser color en nuestro pecho,
lo mejor es revolverse,
rugir como un felino ahuyentando el fatalismo.

Así las borrascas más oscuras, sus rescoldos,
despojarán sus velos de amargura
hartas de bregar a ciegas.

*Andros