jueves, 21 de mayo de 2015

Una flor entre los labios

 
 Por cruzar junto a ti la misma puerta
tapiada de calvarios y lamentos
un gozo evadido en pie de guerra nos espera,
un gozo que traduce los sueños de cristal
en vuelos coronados de ternura.

Sentimos tan de cerca los garfios del olvido,
la fiebre delirante en crestas de medusas,
que cansados de tantos desatinos
hicimos del insomnio balcón de nuestras sienes.

Ahora, entre latidos y vaivenes,
volvemos de nuevo a los remansos ilegibles
como un alma sola, como el canto de los pájaros
que rompe silencios al despertar de su afelio.

Ay de nosotros donde la soledad rebota,
bocas sedientas de luz que amanecer pretenden,
aún existen fósiles bullendo estalactitas
que caídos del miedo por sus fugas
nos desnudan sin piedad océanos de delirios.

Pero una flor nupcial se derrama en nuestros labios,
aquélla que rojea pasión en la palabra.

*Andros

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