jueves, 10 de octubre de 2013

Insomnio


Bajo el tul del insomnio que me abraza
se descansa este otoño mortecino.

Mis manos se dirigen hacia el Cielo
buscando la razón del vino amargo
que embriaga de dolor los pámpanos del alma.

Ese alma que me habla claramente
del porqué de las tramas del pasado,
que urdieron en la sombra mi mortaja.

Ahora lo comprendo.Con el tiempo
el fuego se consume y es la hora
de bañarse en un río de cenizas.

¿Cómo volver a repetir el goce
y fantasía ardidos en hoguera?

¿Cómo albergar en las albas cimas
de la aurora sus cantos estrellados?

¿Cómo buscar en las olas del mar
las respuestas a tantos sinsabores?.

Mi próxima andadura será lenta
sin el cálido sol de  mediodía
y hostigada por vientos de cansancio.

Viviré noches enteras, sombrías,
hibernando letargo prematuro
empapado en agraz misantropía.

Momento a momento, teje que teje
me huiré de las tinieblas de este mundo
cerrando las puertas a oscuros sueños.

Porque a veces soñar es el morir
y nunca se puede morir dos veces,
aunque miles de sueños alimenten
los deseos que impregnan el recuerdo.

¡¡Por eso ya no sueño con mi sueño!!.

*Andros.

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