viernes, 25 de octubre de 2013

Si no supe verte

   
No, no me digas

que siempre puse tintes de carbón

sobre el blanco de tus manos,

que tu ligera nave

estuvo varada largo tiempo

porque fuí viento borrascoso

que siempre te azotó por el costado.


Si te hice caminar descalza

mientras mis pies surcaban las alturas,

si no supe ver tu desvalida realidad,

sólo me queda

declararme reo de tamaña culpa

y saciar la sed de perdón impenitente

bebiendo gota a gota toda la lluvia

de tu llanto misericordioso.

*Andros

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