En mis claustros hay una paz que es sólo mía.Con ella, el alma late cruzando la vena líquida del tiempo. *Andros
jueves, 22 de diciembre de 2011
El grito que huele la verdad
En las letras de incienso que nos salvan
busca el grito verter sus madrigales.
Su firmeza oliendo la verdad
despierta los silencios cinerarios,
que lejos en el pecho
se aúpan en la fusión de nuevos desafíos.
¿Por qué siempre la semilla presa del espino
suspira por llevar al cielo su azul cautivo?
¿En qué sueños de juventud beben los lenguajes
las ansias de libertad que ordenan su destino?
En la frente crece la fecundidad del labio
y en el ojo de espejos transparentes
el amor incuba su territorio.
Cuando el grito se calma en sus términos profundos
y se hace la luz,
el pulso arrebatado ya no rueda:
Las aguas de la voz parecen églogas de un río.
*Andros
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Me dolió muy dentro ese grito..".Las aguas de la voz parecen églogas de un río"...como siempre me dejas crac ,pero esta vez, se me rompió algo dentro-Un abrazo poeta
ResponderEliminarGracias amiga Teresa.Para un "aspirante" a escritor es muy importante producir sensaciones en quiénes nos leen.:-)
ResponderEliminarHola,profundas y leales letras van desnudando la pura y artística belleza de este blog, si te va la palabra encadenada, la poesía, te espero en el mio,será un placer,es,
ResponderEliminarhttp://ligerodeequipaje1875.blogspot.com/
gracias, buen día, besos entregados...
Hola Don Vito,claro que me va la poesía porque sin poesía la vida muestra su aspecto más sombrío y con ella la visión es diferente.
ResponderEliminarSerá un placer pasar por tus letras.
Un cordial saludo.
*Andros