viernes, 15 de marzo de 2013

Tu estela


     
Abierto el pecho, el corazón ferviente
del noble templo al que Amor consagra
su tierno gesto y su leal palabra,
mantiene al alma con su luz ardiente.

Creciente fuego de reciente llama,
brillante estrella que a la Tierra vino
volando en brazos de fiel Destino
para escuchar la voz que la reclama.

De tu luz argéntea nació la estela,
níveo camino de azucenas lleno,
que mis pies besaron con gran cuidado.

Viniste a mí rauda, fuiste gacela,
céfiro cálido de aromas pleno
que acarició mi rostro enamorado.

*Andros.

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