sábado, 23 de noviembre de 2013

Palabra ciprés


                                                                                                             

                                 

Siento seca la savia en las raíces
y el mutismo me hiere la elocuencia.

¿De dónde viene el silencio desteñido
que suspira en esta fragua abandonada?

No nació de la lluvia de las nubes
ni del vértigo que causa la locura,
ni de las cumbres que peinan con su niebla
las invisibles cenizas del olvido.

El luto que viste mi lenguaje
y oscurece su verbo fatigado
nació del polvo de la tierra
batido por el viento del dolor,
que en cabalgada cruel
cegó la luz de mis pupilas
zurciendo telarañas en los ojos.

Ahora, como esfinge de mármol,
el eco de mi voz está apagado,
la frente, de piedra, luce sus huellas
y el triste corazón, que llora,
esconde su remota soledad
bajo la alargada sombra de un ciprés.

*Andros 

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