viernes, 10 de octubre de 2014

Reverdecer



 Mis sienes se cubrieron de blancura
al tiempo que la vida iba pasando
y el otoño lejano fue llegando
con sus hojas pintadas de amargura.

Largo el camino, corta la ventura,
de abrojos el destino fue sembrando
mi jardín.Aún así, seguí remando
para no hundir la barca en la locura.

Hoy en mi leño seco he conseguido
que la brisa que sopla de costado
ponga el verde en sus ramas descuajadas.

En ellas se ha prendido un nuevo nido
que cobija mi verso ya olvidado
para cantarlo en nuevas alboradas.

*Andros

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