miércoles, 11 de enero de 2012

Para llegar al hombre



 Para entender al hombre
perdido entre coágulos de sombras
nada como la llama del afecto.

En los huecos con aire de silencio,
su mirada de sílex
es la puerta que esconde las raíces
de un corazón sediento de ternura
obstinado en matar su soledad.

Para llegar al hombre
que alimenta de sueños su costado,
no basta con el pan de cada día
si en el momento que tiemblan sus ojos
sólo siente los ecos del acero.

Cómo le duele al hombre
la distancia del beso indiferente,
la palabra reseca,
-arado surco de la hipocresía-
escorzo de las iras
impresas de apariencias y extravíos.

Qué lobo le acorrala sin remedio
si en su camino al gólgota
sólo escucha el aullido del desprecio.

Por eso, el idilio de dulzura
en la mano que se abre
es gesto que da cuerda a los relojes.

*Andros

2 comentarios:

  1. Para entender al hombre perdido entre coágulos de sombras, nada como la llama del afecto... me quedo con estos versos. Precioso poema.Saludos.

    ResponderEliminar
  2. Muchas gracias Celeste por tu paso y comentario.Mi mejor saludo.

    ResponderEliminar