martes, 3 de enero de 2012

Tras los colores del espectro



                                                     No hay ausencia que perviva en el tiempo
                                                                      mayor que la del arpa varada en la memoria.

Parece azul el color que pinta tu sonrisa
y sin embargo un olor de enigma se respira
tras el umbral de tu silencio.

Los puentes de tus ojos, entre temblores,
amenazan derrumbarse sobre el abismo del llanto
cuando sueltos tus cabellos
los brillantes espejos del paisaje se apagan en el aire
para no encender las afiladas uñas de la angustia.

Tus palabras de oráculo, salpicadas de niebla,
no despiertan sensaciones de ternura
ni de goce sostenido,
no son llave de corazones solitarios
que se debaten entre la sed y los sueños.

Te estás volviendo gris,
llevas plomo en las manos y recubres con hielo las promesas
porque tu frío corazón se viste de lo inerte.

Pero emigrarás del invierno y con la llegada de tu abril
un claro rumor de blancas azucenas
descifrará todas las claves de tu ausencia
y ya no serás estatua de ojos húmedos con mirada leporina.

Los hilos de tu voz y el dialecto de tu rostro
lucirán para siempre los colores del espectro.

*Andros

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