En mis claustros hay una paz que es sólo mía.Con ella, el alma late cruzando la vena líquida del tiempo. *Andros
sábado, 11 de febrero de 2012
De insomnios y soledades
Junto al borde espumoso de los sueños
se asoman recias pesadumbres.
La soledad, omnímoda,
martillea sin descanso el pensamiento
confinándole entre las rejas del olvido
con cerrojos de pólvora y silencio.
En sus manos el verbo se fatiga
y sin desprenderse, alarga su sombra de ciprés
para apagar el brillo de las letras.
Sin hacer ruido,
con pasos de densa niebla,
agita los estribos de la templanza
al compás del misterio que suscita
el ritmo de su danza monocorde.
Y por mucho clamor vertido al viento,
las palabras languidecen como los cerrados ojos
de una estatua espectral que flota en el vacío.
Al final todo parece inútil: arriba el insomnio.
La solitud rema con manos de hielo por la sudada frente
hacia un calvario de negros alquitranes.
*Andros
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Muchas sombras,muchos fantasmas,muchas penumbras.Triste J.Luis,muy triste y mucha melancolía destilan los versos.Un abrazo amigo.
ResponderEliminarAmiga Teresa, a veces hay que cambiar el discurso y a veces nuestros mejores poemas tienen una temática difícil.
ResponderEliminarYa sabes, el poeta es un poco "fingidor" y sus versos no son siempre espejo de su situación.
Muchas gracias por estar ahí.:-)