lunes, 20 de febrero de 2012

Del beso al verso



Si no siento tu sed sobre mi boca
soy camino batido de nostalgia y estoy solo.

De ti,
sirena prendida sobre pétalos de agua,
brota el rumor imponderable de la dicha
todo un blanco luminar de efluvios agitados
más hermoso que la aurora boreal que pasea por mis sueños.

Si te llegas todo es luz,
tu mirada limpia, sugerente, de micas incendiada,
pinta verde los vidrios del desvelo
y me afila las estrellas de los ojos
como un cálido brazo de mar sin oleaje.

Así te veo, así te siento,
lengua de cristal, serena y sin zozobras,
buscando con deleite la impaciencia de mis labios
con un lenguaje a punto de nieve
que se eleva primoroso hasta las sienes
para escandir con diligencia el verso adormecido.

*Andros

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