miércoles, 14 de marzo de 2012

El tiempo y su huella


Aunque el tiempo sacuda tu perfil
con surcos que te agrieten las arenas,
las bellas esmeraldas que te adornan
brillarán más allá de sus fronteras,
inmutables, hurtando tu reposo.

La fuerza de tu imagen no prescribe,
se muestra insobornable como estatua
que sustancia su beldad con el grito
sumiso que evidencia su silencio.

Envuelta tu presencia entre la niebla,
en vigilia la luz de tus deseos
y caduco el almíbar de tu vientre,
las huellas que el paso de los años
impriman en tu verde geografía
pulirán tus centros, tus esquinas,
hasta alcanzar dueña de ti
el cansado rumor de la otra orilla.

Y ya no habrá granito en tu paisaje:
Sólo una flor de luz entre tus labios.

*Andros

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