viernes, 23 de marzo de 2012

El amargo precio de la ausencia




La pluma se resbala entre mis dedos,
el hueco de la mano está vacío,
se me ha convertido en una isla.

Es el obligado estipendio pagado por tu ausencia.

No existe verdad cautiva que nos aleje
ni falaz mansedumbre que nos acerque,
sólo pervive el lenguaje de tactos
única raíz vertebradora de inveterados sueños.

Han quedado romas las palabras
al socaire de sombras que flotan en las sienes,
y su mudez es alfombra extendida
por las lejanas esquinas que conducen al olvido.

Por eso estoy así,
en caída vertical hacia el abismo impenetrable,
escuchando los oscuros rumores que el silencio
va dejando entre grietas de sollozos y lamentos.

Por eso en los odres de mis lágrimas,
-cuencos de soledades-
sólo brillan espumas de olas muertas.

*Andros

2 comentarios:

  1. No puedo decir que me ha gustado, porque se quedaría muy corto. Leerlo ha sido emocionarme hasta las lágrimas. Gracias por tus letras. Siempre es un placer acercarse por aquí.
    Un abrazo.

    ResponderEliminar
  2. Inma,agradezco mucho tus palabras.Son generosas y afectivas,pero aprecio aún más la emoción que te produjo el poema.Yo también, como tú,
    necesito extrapolar mi intimidad al corazón de los demás aunque no siempre lo consiga.
    Muchas gracias por tu paso.Un cordial abrazo.

    ResponderEliminar