viernes, 27 de abril de 2012

Promesas de nirvana


     
Una calma sostenida por tenazas de silencio
derrama promesas de nirvana
sobre el álbum donde duermen los recuerdos.

Parece que la vieja conciencia de los astros
cansada de acosar el costado de los sueños
se acerca de puntillas con sus zarcos ojos
para prender una estela de lunas y menhires
en el vientre del tibor donde rueda la añoranza.

Es tanta la quietud con que el cielo se desangra,
que el tiempo remansa su flujo de despojos
escaneando médulas de sombras.

Surge así sobre el muro de las sienes
un témpano de hielo, que apunta sus fusiles
tratando de ocultar  líquidas espinas
tras el rostro de la soledad recóndita.

Pero algo tiene el corazón bajo el pistilo
que conmueve los cimientos de su lecho
conminándole a emigrar hacia su norte.

Es la voz transparente que navega sus arterias
para evitar de nuevo el cisma
que provoca la sed de las heridas.

Y esa voz, enredada entre fórmulas de agua,
orienta el girasol de su delirio
levantando vuelos con rumor de caracolas.

*Andros

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