jueves, 5 de abril de 2012

Tras el eco de las fugas



Voy siguiendo las huellas de tus pasos
como pájaro herido entre zarzales,
la voz hecha jirones
y el temor desangrando la memoria.

Evadido del canto,
con este caminar nebuloso
sólo busco la sombra de tu rostro
en las gotas de aire
donde brillan los mágicos recuerdos.

La curva de los años
alcanza su inflexión en las arrugas,
-espejo de lo efímero-
en el romántico azul de los sueños
y en el rastro cruel del remordimiento.

Asomado al abismo, me resigno
a ser viejo retal
que se teje entre relojes parados.

Y es que desde este pobre invernadero
sólo la ascética del sufrimiento
se acompaña del eco de las fugas
y sus paseos de misantropía.

Sobre este mar de sal
mi intimidad se cuelga de la tuya.

*Andros

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