miércoles, 29 de enero de 2014

Sobre el vidrio de la huída


Entre curvos sobresaltos
esta noche mi soledad trasmina.

Y es que coronado por la angustia
el tiempo se ensancha desangrado entre los ojos
tras la búsqueda de una claridad
que jamás encontraré en las ráfagas del sueño.

Los oscuros pensamientos, siempre al acecho,
me cortejan sólo para quedarse
para llenar de sollozos todos los rincones
y acercar la espesura de sus negros nubarrones
hasta el cárabo despierto que vigila
el ritmo cadencioso de las horas.

Si no estuviese aquí
bajo el filo encallado del silencio
a la sombra pensativa de lo incierto,
podría en un paisaje de lúcidas bengalas
conducir el lenguaje de mi verso
por las mágicas aguas de un río de colores.

Pero una fiebre de acíbar y deseos enjaulados
adormecen la lírica de la palabra
en un tímido rumor de agónicos latidos.

La noche se desgrana como vía láctea,
y yo
rodando por las mejillas del cansancio
me condeno a reposar a solas
sobre el triste vidrio de la huída.

*Andros

No hay comentarios:

Publicar un comentario